Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV) enfrentan una seria dificultad a la hora de trasladarse a la casa de estudios, dado que gastan hasta 7 dólares al día para poder movilizarse desde su hogar a la institución y viceversa, todo esto tras la desaparición de rutas de transporte extraurbano.
Dichas rutas conectan el campus de la universidad con ciudades periféricas de la capital. En concreto, Guarenas–Guatire, Los Teques, Catia La Mar, La Guaira, Charallave, Cúa y Santa Teresa.
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Sin embargo, desde la pandemia del coronavirus, las unidades a cargo de tales trayectos están fuera de servicio. Esto no solo afecta a los alumnos, sino también al personal obrero y al administrativo.
Al respecto Carlos Piñero, estudiante de sociología y representante de la Comisión de Usuarios de las rutas extraurbanas, comentó a El Pitazo que algunas encuestas arrojaron que por lo menos 2.000 estudiantes de la UCV utilizarían las rutas en caso de reactivarlas.
«En promedio, un estudiante de cualquiera de estas ciudades gasta en pasaje para llegar a la UCV de 1 a 3 dólares. Pero también tenemos una cantidad significativa que gasta de 4 a 7 dólares. Esto es diariamente», detalló Piñero.
EL LARGO TRAYECTO, OTRO PROBLEMA
Asimismo, dijo que no es solo el hecho de tener que gastar 2 o 3 dólares diarios para ir a la universidad. «Es el hecho de tener que pasar hasta dos horas en el metro o en las camionetas. Entonces, uno llega a la universidad ya cansado», apuntó.
Frente a ese panorama, consideró que las rutas extraurbanas necesitan una gran inversión. Y es que solamente cinco autobuses están operativos de un total 18 que antes funcionaban. Son esas cinco unidades las que cubren las rutas dentro de Caracas.
«De esas 13 unidades que se deben recuperar, algunas tienen el motor fundido. Otras necesitan repuestos, pero esto implica un gasto grande», resaltó.
Por su parte Wuantani Pérez, estudiante de comunicación social en la UCV, vive en los Valles del Tuy. Por esta razón, manifiesta que le gustaría que se habilite nuevamente el servicio de rutas extraurbanas, tanto por motivos económicos como por dificultades para llegar en ferrocarril.
«He tenido que armar planes de contingencia para que las fallas en el ferrocarril no me afecten académicamente», subrayó.
