Un joven, de 18 años de edad, enfrenta cargos por un macabro crimen, tras fingir ante las autoridades el secuestro de su madre en Arizona (EEUU).
De acuerdo con medios locales, el acusado identificado como Alan Ashcroft fue ingresado a prisión este jueves, 31 de octubre por la tarde, en relación con la muerte de su madre, Mary Collier, según precisó la Oficina del Sheriff del Condado de Pinal.
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La Oficina del Sheriff señaló que aproximadamente a las 9:10 de la mañana del miércoles, recibieron un informe sobre un cuerpo en un campo agrícola cerca de Gantzel Road y Skyline Drive.
Al llegar al lugar, los agentes se encontraron con el cadáver de una mujer, evidenciando signos de homicidio.
Apenas nueve minutos habían transcurrido desde la primera llamada. En ese momento, se recibió un nuevo reporte de secuestro en una vivienda ubicada a una milla de distancia del hallazgo del cadáver. Los investigadores revelaron que la llamada provenía del hijo de Collier.
“Se determinó que el hijo de 18 años de la víctima hizo la segunda llamada al 911”, indicó la oficina del sheriff en el comunicado de prensa.
“Fue identificado como el sospechoso del homicidio. Sufría heridas autoinfligidas cuando llegaron los agentes y fue llevado al hospital”, se agregó.
Si bien aún se desconocen los motivos del crimen, los agentes revelaron que la noche anterior habían recibido una llamada. En concreto, se reportó sobre un incidente de violencia doméstica. Justo en la residencia de Collier. Sin embargo, el altercado solo involucraba una discusión entre madre e hijo.
Por su parte, el esposo de Collier informó a la periodista Micaela Marshall, de Arizona’s Family, que la noche del martes se había producido una discusión. Dijo, que el día siguiente, madre e hijo intentaron solucionar sus diferencias, saliendo a caminar.
Al regresar a casa solo, el hijo de Collier no pudo explicar dónde estaba su madre. Su versión de los hechos variaba constantemente. Preocupado, el padre salió a buscarla junto a él, pero fue un vecino quien hizo el macabro hallazgo poco después.
“Se me hizo un nudo en el estómago al pensar en por qué alguien podía ser tan odioso y malo con la persona que lo trajo a este mundo”, dijo Jill Appleberry, una vecina, quien vive a pocas puertas de la familia Collier.
La investigación reveló que Collier presentaba heridas compatibles con un ataque con arma blanca, descartando la posibilidad de un disparo de arma de fuego.