La trágica muerte de Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare (Una de la compañía de seguros de salud más grandes de EEUU), a manos de un atacante frente al hotel Hilton en la Sexta Avenida de Manhattan tiene conmocionado a gran parte de los Estados Unidos y su esposa Paulette “Pauley” Thompson, rompió el silencio tras el ataque y brindó un testimonio desgarrador.
En un comunicado enviado a Fox News Digital, Paulette expresó el profundo dolor que atraviesa su familia: “Estamos destrozados por el asesinato sin sentido de nuestro amado Brian. Era un hombre increíblemente amoroso, generoso y talentoso que verdaderamente vivió la vida al máximo y tocó innumerables vidas”.
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“Más importante aún, Brian era un padre increíblemente amoroso para nuestros dos hijos y será profundamente extrañado”, agregó Paulette, quien además pidió a la prensa y al público respetar su privacidad mientras afrontan este difícil momento.
“Agradecemos sus buenos deseos y solicitamos completa privacidad mientras nuestra familia atraviesa este período”, sostuvo.
Lo clave que la mujer ha dicho -hasta ahora- es que el ataque contra Brian Thompson no se trataría de un evento aislado. Según reveló antes Paulette en declaraciones a NBC News, el CEO había recibido amenazas recientemente.
Aunque no se ha podido confirmar los detalles detrás de estas amenazas, mencionó que podrían estar vinculadas con descontentos relacionados con los servicios de salud.
SOBRE EL SOSPECHOSO
Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, fue asesinado a tiros en Midtown Manhattan. El crimen desató una intensa búsqueda del responsable.
Rápidamente, la policía de Nueva York distribuyó imágenes del sospechoso. Fue en Altoona, Pensilvania, donde un empleado de McDonald’s reconoció al principal vinculado con el crimen y alertó a las autoridades.
En concreto, Luigi Mangione, un hombre de 26 años, fue identificado gracias a una fotografía que mostraba claramente sus rasgos faciales distintivos: ojos y cejas oscuras, pómulos altos y una amplia sonrisa.
La policía llegó rápidamente al lugar y lo detuvo. Mangione llevaba un arma, silenciador, además de un manifiesto, el cual lo implicaría directamente con el crimen.
Mangione había estado luchando contra problemas de salud, incluyendo un dolor de espalda, y una teoría es que pudo haber estado furioso por el trato que la industria de la salud le dio a un familiar y a él mismo, dijeron fuentes policiales.