La administración del presidente del EEUU, Donald Trump, ha tomado una medida significativa al otorgar al FBI, la DEA y otras agencias federales la autoridad para investigar y arrestar a migrantes indocumentados en Estados Unidos.
Esta decisión, anunciada por el secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, Benjamine Huffman, busca reforzar los esfuerzos para identificar y aprehender a personas que han ingresado ilegalmente al país.
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La directiva también incluye a la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), el Servicio de Alguaciles de EEUU y la Oficina Federal de Prisiones.
El secretario de Justicia interino, Emil Bove, ha instruido a estas agencias a revisar sus archivos para detectar a migrantes indocumentados y proceder con su arresto.
Esta medida forma parte de la estrategia migratoria de Trump, que prioriza la implementación de deportaciones masivas y restricciones severas en la frontera sur.
Desde su regreso al poder, Trump ha llevado a cabo diversas acciones para limitar la entrada de solicitantes de asilo y acelerar la deportación de migrantes indocumentados.
En consecuencia, la nueva directiva ha generado un clima de incertidumbre y temor entre las comunidades migrantes en el país.
Las políticas implementadas por el gobierno de Trump han tenido un impacto significativo en las comunidades vulnerables, desde la cancelación de vuelos de refugiados hasta el despliegue de tropas en la frontera.
Además, se ha autorizado la realización de arrestos en lugares como escuelas e iglesias, lo que ha generado un clima de miedo entre los indocumentados.
