El presidente de EEUU, Joe Biden, decidió retirar a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo y eliminar sanciones a militares de la isla.
Se explicó, que esta medida, busca mejorar las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba, y facilitar la liberación de prisioneros políticos en la isla, posteriormente, se concretó.
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Asimismo, se indicó que la administración Biden ha trabajado en estrecha colaboración con la Iglesia Católica. Esto, para lograr un acuerdo humanitario que permitiera la liberación de un número significativo de personas detenidas injustamente.
Como era de esperarse, la decisión de Biden ha sido recibida con reacciones mixtas. Mientras algunos ven esta medida como un paso positivo hacia la reconciliación y el alivio de las tensiones, otros la han criticado. De hecho, la calificaron de «apaciguamiento» hacia el régimen cubano.
En tanto, el régimen cubano anunció que, en «el contexto del Jubileo Ordinario de 2025», se decidió liberar a 553 personas que cumplían sanciones. Se dijo que como parte de un gesto humanitario y en respuesta a las gestiones del Papa Francisco.
Esta liberación se suma a las más de 10.000 personas que fueron excarceladas entre 2023 y 2024 —según el mismo régimen cubano— bajo distintas modalidades de beneficio previstas en la ley cubana.
«Mantenemos con el Vaticano y el Sumo Pontífice una relación respetuosa, franca y constructiva, lo que facilita decisiones como la recién tomada, dentro de los requisitos que establece la legislación vigente, el sentido humanitario del sistema de justicia cubano y el cumplimiento de las obligaciones con el orden interior y la seguridad ciudadana», reza parte del comunicado emitido este martes, 14 de enero, por el régimen de Miguel Díaz-Canel.
