Samuel Little, conocido como el asesino en serie más prolífico en la historia de Estados Unidos, confesó haber cometido 93 asesinatos entre 1970 y 2005.
Este hombre, apodado por el FBI como «el asesino serial más prolífico», superó en brutalidad y número de víctimas a figuras infames como Ted Bundy y Charles Manson.
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A pesar de la magnitud de sus crímenes, muchas de las muertes inicialmente fueron clasificadas como sobredosis o accidentes. Esto permitió que Little eludiera la justicia durante décadas.
La mayoría de las víctimas de Little eran mujeres afroamericanas, muchas de ellas en situaciones vulnerables.
Según el FBI, Little seleccionaba a sus víctimas en bares o lugares públicos, ganándose su confianza antes de atacarlas.
Su modus operandi consistía en estrangularlas, un método que no dejaba señales evidentes de homicidio en los cuerpos. Este patrón contribuyó a que sus crímenes pasaran desapercibidos durante años.
Little fue finalmente arrestado en 2012 por el asesinato de tres mujeres en California, pero no fue hasta 2018 que confesó su participación en un total de 93 asesinatos.
El FBI confirmó su responsabilidad en al menos 60 de estos casos, lo que lo convierte en un caso sin precedentes en la criminología estadounidense.
Su capacidad para recordar detalles específicos de cada crimen, como la apariencia de las víctimas y los lugares donde ocurrieron, ayudó a las autoridades a resolver numerosos casos sin resolver.
Mientras cumplía su condena en una prisión de California, Little fue declarado muerto a las 4:53 horas del 30 de diciembre de 2020. Ocurrió en un hospital externo. Tenía 80 años.
El impacto de los crímenes de Little ha sido devastador, no solo para las familias de las víctimas, sino también para las comunidades afectadas.
