El presidente de EEUU, Donald Trump, declaró en una reciente entrevista que «podría tener que» recortar la financiación federal a las ciudades santuario si no cumplen con sus órdenes de inmigración.
Esta declaración a Fox News ha generado preocupación y debate en todo el país, especialmente en las ciudades que se han declarado santuario para proteger a los migrantes indocumentados.
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Trump ha criticado repetidamente a estas ciudades, argumentando que promueven la migración ilegal y utilizan fondos públicos que podrían destinarse a otros asuntos.
Durante la entrevista, Trump señaló a California como un «gran ejemplo» de una ciudad santuario y criticó la política de inmigración del gobernador Gavin Newsom.
Además, mencionó que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) podría ser objeto de un gran debate en breve, ya que considera que está «obstaculizando todo» mientras Estados Unidos enfrenta la difícil tarea de reconstruir después de los daños causados por tormentas e incendios forestales.
Trump también expresó su intención de reformar FEMA para que los estados se ocupen de sus propios problemas.
Como se esperaba, la posibilidad de recortar la financiación federal a las ciudades santuario ha generado reacciones mixtas. Algunos políticos republicanos apoyan la medida, argumentando que es necesario para mantener la ley y el orden.
Sin embargo, otros, incluidos varios alcaldes de ciudades santuario, han expresado su preocupación por el impacto que esto podría tener en sus comunidades.
Los defensores de los migrantes también han criticado la propuesta, señalando que podría poner en peligro a miles de personas que buscan refugio en estas ciudades.
Vale recordar, que las ciudades santuario, aunque no tienen una designación oficial o legal, limitan la cooperación entre la policía local y los agentes federales de inmigración.
En tanto, estas ciudades han adoptado políticas para proteger a los migrantes indocumentados y garantizar que no sean deportados injustamente.
La amenaza de recortar la financiación federal podría obligar a estas ciudades a reconsiderar sus políticas y aumentar la cooperación con las autoridades federales.