Por María Laura García
Pudiera resultar contradictorio, pero una gran fortaleza o un súper poder pudiera ser admitir una debilidad, porque ese reconocimiento nos puede llevar, si echamos mano de la habilidad que es la resiliencia, a transformarla en una oportunidad de mejora o crecimiento.
Claro, sucede, si y solo si, nos comprometemos a mejorar diariamente, en lo personal y profesional, para convertirnos en individuos más equilibrados y trabajadores más diligentes.
Los que entendemos que venimos a “pulirnos día a día” y actuamos en consecuencia, seguramente tendremos días más retadores, pero también mas gratificantes si vamos celebrando, jornada a jornada, de los pequeños “triunfos”.
Cuidado, no hablo de perseguir la perfección por ser excesivamente autocríticos y hasta egocéntricos, más bien debería ser el más importante proyecto individual, cuyo propósito simple y humilde es el de superar malos hábitos y “ACTITUDES” para poder sacar partido y aprovechar al máximo nuestro potencial.
Una debilidad, no es otra cosa que un defecto o falla de carácter, que además tenemos todos, y generalmente nos agota cotidianamente, porque nos genera problemas o falta de efectividad. Por tanto, una debilidad, solo se supera adquiriendo la habilidad a través de la capacitación, con el tiempo y la guía adecuada, pero teniendo muy identificadas también cuáles son nuestras habilidades.
Al identificar tus puntos fuertes, es posible que puedas aprovecharlos para mitigar tus debilidades. El objetivo es organizar, lo más posible, tu vida personal y profesional. Es más, visualizar el éxito puede ser un ejercicio poderoso y motivador, para cumplir el cometido. Ve la tarea como un desafío que estás listo para asumir, pero también busca disfrutar el proceso, porque el esforzarte para ser mejor, te hará una persona más completa y segura de ti.
El camino de superarnos, como seres humanos, requiere tiempo y esfuerzo constante, no te rindas al tropezar, una o varias veces, levántate y continúa. Lo bueno lleva tiempo, pero a medida que este pasa, considera que irás mejorando tus debilidades. Haz una lista de aquello que se te dificulta más, enumera todo de mayor a menor, y ve trabajando todo individualmente e incluso, pide apoyo cuando veas que estás comenzando a frustrarte, no imaginas lo que puede animarte que otros te den su visión más su confianza.
A mí, me ha servido investigar sobre cómo otras personas han superado sus debilidades. Establece metas pequeñas, plazos razonables y celebra tus pequeños logros, ya que ser mejor en algo con lo que tienes dificultad, es el verdadero logro, como te dije al inicio.
Es natural temer lo que podría suceder si cometes un error, pero sopesa que la experiencia es una fortaleza si aprendes de esas caídas. Se consistente y persistente y el mundo será tuyo.
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