Jocelyne Wildenstein, la excéntrica socialité suiza y símbolo de la jet set, conocida tanto por su fascinación con los grandes felinos como por su transformación estética radical falleció este 31 de diciembre a los 84 años.
Wildenstein, apodada “Catwoman” debido a sus múltiples cirugías plásticas, murió mientras dormía, en su residencia temporal en París, según informó su pareja, el diseñador de moda Lloyd Klein.
Nacida en Lausana, Suiza, en 1940 bajo el nombre Jocelynnys Dayannys da Silva Bezerra Périsset, Wildenstein alcanzó la fama internacional tras casarse con Alec Wildenstein, heredero de una de las familias más influyentes en el comercio de arte. Su matrimonio, celebrado en Las Vegas en 1978 tras conocerse en un safari en Kenia, fue tan glamoroso como turbulento. Tuvieron dos hijos y compartieron una vida de lujo, marcada por su pasión compartida por los grandes felinos.
Wildenstein llevó su amor por estos animales al extremo, gastando millones de dólares en cirugías plásticas para adoptar características “felinas”. Aunque se rumoreaba que las modificaciones eran para complacer a su esposo, ella negó esta afirmación en repetidas ocasiones.
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“El lince tiene unos ojos perfectos”, comentó alguna vez, justificando su decisión. Sin embargo, Alec declaró que ella intentaba modificar su rostro como si fuera un mueble, una obsesión que él describió como “locura”.
La separación de los Wildenstein en 1999 fue uno de los divorcios más costosos y mediáticos de la historia. Jocelyne recibió un acuerdo de $2.500 millones, más $100 millones anuales durante 13 años. Sin embargo, el proceso estuvo lleno de controversias, incluyendo rumores sobre su vida personal y limitaciones impuestas por el juez sobre el uso del dinero para más cirugías.
A lo largo de su vida, Jocelyne mantuvo un estilo de vida extravagante. Según la revista Interview, gastaba más de $700,000 al año en lujos como comida, flores, y vino.
Amante de los animales, dedicó gran parte de su vida a la preservación de especies en el rancho familiar Ol Jogi en Kenia, hogar de más de 2.000 animales bajo protección. Cuando se le preguntó por su animal favorito, confesó su debilidad por los leopardos, por su carácter celoso y su lealtad hacia una sola persona.