Por María Laura García
«Elegir tus batallas» no es otra cosa que reflexionar y, basados en la experiencia, decidir qué batallas vale la pena pelear y cuáles no porque nos desgastan demasiado y los resultados nos dejarán parados prácticamente en el mismo lugar. Es de sabios entonces, reconocer cuándo asumir la superación de un problema o dejarlos pasar. Disyuntivas como ésta puede presentarse a diario y aplicarse a distintos escenarios o en las relaciones.
Si escoges tus batallas concienzudamente terminarás decidiendo no pelear por cosas que no son tan relevantes y sin duda, serás más efectivo y ganarás o perderás aquellas que realmente valen la pena el esfuerzo y la lucha.
No existe una vida sin dolor, pero éstos valen la pena…
En la vida, los problemas y el dolor, tanto como la muerte, son inevitables; lo que si se puede, como ya te dije, es decidir qué batallas lidiar para superar los escollos y salir airoso u obtener ganancias o hasta una mejor vida, o la felicidad que todos anhelamos. Por ejemplo, hacer ejercicios o correr duele, pero una vez terminas el entrenamiento, no solo te sientes mejor, sino que tu cuerpo gana en una mejor condición, pero si no lo haces también significará un precio porque el dolor que sentirás será el de la enfermedad y esto, solo por citar algo simple que te permita entender mi reflexión de hoy.
Generalmente DECIDIR TU BIENESTAR implica obligatoriamente asumir incomodidades, DOLOR, que, a la larga, te recompensarán con una mejor vida. Así que está en nuestras manos elegir nuestros dolores.
¿Quién dijo que trabajar por ser una mejor persona, profesional o sentirte mejor no te hará sentir dolor o cansancio? ¿Quién dijo que formar una familia era sencillo y no te produciría desvelos o incluso te iba a llevar a dejar de hacer algo que te gusta?
Yo, entre otras cosas, elegí esforzarme por cuidar mi salud, es decir, el dolor de cuidarme, el esfuerzo de mover mi cuerpo, renunciar a lo que me hace daño y hasta el ser valiente para soltar a personas que amo, pero no me suman y esto es un sacrificio que nutre mi paz.
Todo lo bueno, como el éxito laboral, la salud, el bienestar y el amor no se construyen en automático. Son fruto de decisiones conscientes, de priorizar lo que realmente importa, aunque duela. Ten siempre presente que elegir lo correcto no siempre es fácil, pero siempre es liberador y sanador espiritualmente.
Mereces lo mejor, por tanto, cuídate y elige lo que te hace bien, aun cuando sea complicado o trabajoso pues la satisfacción por el logro vale la pena. Cada acto de disciplina es un escalón que debes subir para tener la vida que deseas y mereces.
Una vida llena de valor no es una vida sin dolor…
Cuantas más cosas significativas hagas, seguramente más incomodidades experimentarás. Si tienes hijos ya deberías saberlo, o si haces crossfit, o te das masaje de tejido profundo, si comes comida picante o corres largas distancias. Todo lo anterior inicialmente duele, pero son actividades que terminan siendo agradables porque crean contraste, brindan un descanso emocional, reafirman socialmente tu fuerza y capacidades además de regalarte bienestar.
Bioquímicamente el dolor también puede jugar un papel importante en nuestro equilibrio de dopamina. Leí “nuestro cerebro busca la homeostasis aumentando nuestro dolor para equilibrar demasiado placer o viceversa. Tomar una «desintoxicación de dopamina» y residir más en el lado del dolor … restablece nuestro cerebro para experimentar el placer más plenamente”. Esto me pone a pensar en esas personas muy exitosas que lo tienen todo al punto que no disfrutan de ningún placer grande o pequeño pues es la norma en sus vidas y hasta muchas han llegado a suicidarse porque no le encuentras justificación o disfrute a la vida.
Por tanto, exponernos de forma flexible a la “incomodidad o el dolor” nos permitirá vivir una vida más rica y más plena. ¿Cómo hacerlo de forma inteligente? Te voy a comentar como lo hago yo, así que toma nota de estas estrategias para hacerte flexible ante el dolor o la incomodidad:
Concéntrate en tu poder de elección. Muchas mañanas me levanto a entrenar, es decir, correr o levantar pesas, el mayor peso que pueda tolerar, todo ello decisiones en beneficio de mi salud, a pesar de la incomodidad, y quizás si alguien me obligara a hacerlo representaría una tortura, pero soy yo la que decide experimentar esta clase de molestias, en consecuencia, mi recomendación es que en lugar de resistirte a dicho dolor cambia tu relación con el esfuerzo entendiendo que tendrá un valor o justificación.
Otra disyuntiva que se me presenta a diario o que vivo con frecuencia ¿Cómo cambiaría tu relación mental con ir a un evento que quizás no te gusta si te propones modificar tu mentalidad para elegir estar allí serenamente esperando que la vida te sorprenda en lugar de sentirte «forzado» a ir? Elige dar un paso hacia lo que es incómodo con otra actitud, especialmente cuando lo que te importa y sueñas está en la misma dirección.
Dale el significado que tiene. Se trata de enfocarte en el resultado y no en las molestias o la incomodidad. Cuando comienzo a correr pienso en cómo me voy a sentir al terminar mas todo lo que gano y no en el sacrificio o el “fastidio” de levantarme temprano más en lo exigente que resulta para mi cuerpo. Cuando lo hago no me cuesta tanto pararme y comenzar, no sufro tanto.
Cambia tus perspectivas. Cuando estés atravesando situaciones difíciles y dolorosas, piensa que la incomodidad es parte normal de la experiencia humana … ¿Cuántas situaciones así has pasado y casi siempre las has superado con el tiempo porque siempre las molestias se van diluyendo?
Trasciende a ti mismo. Cuando eliges el dolor como un proceso necesario para alcanzar algo más grande que tú, obtienes el beneficio de estar por encima de tu pequeño ser. Enfócate en ello y verás como encontrarás la fuerza y entereza para lidiar con aquello desagradable que te sucede.
En síntesis, no olvides nunca, cuando te estés quejando por tu esfuerzo o sufrimiento que el dolor y la incomodidad son parte de una vida bien vivida; así que practica a diario abrirte completamente a tus experiencias y serás más libre de cualquier atadura o resistencia.
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