El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, manifestó este martes su preocupación por la crisis política y social en Venezuela, alertando que puede agravar el flujo migratorio por la peligrosa selva del Darién.
Mulino habló sobre la crisis en el Darién durante su gira oficial por Francia. Aunque destacó que el flujo migratorio ha disminuido respecto al 2023, subrayó que todo podría cambiar si no se soluciona la situación en Venezuela.
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«Estamos llegando casi a los 20 vuelos en tres meses, tratando de desincentivar a las personas que usen esa ruta. Y ha bajado, pero mi preocupación es el agravamiento que parece que va a tener la crisis en Venezuela», dijo Mulino a EFE.
Esto ocurre poco después de que el gobierno de Mulino rompió relaciones diplomáticas con Venezuela tras las elecciones del 28 de julio. Por tanto, no pueden hacer vuelos de repatriación de migrantes hacia territorio venezolano.
MULINO DICE QUE «ES PROBLEMA DE EEUU»
Por otra parte, Mulino sostuvo que la crisis migratoria en el Darién es un «problema de Estados Unidos». En tal sentido, pidió a la Casa Blanca cumplir con el acuerdo para repatriar migrantes con vuelos financiados con recursos estadounidenses.
«Panamá es la otra frontera de los Estados Unidos, no es Texas, es la región de Lajas Blancas del Darién y ese es un problema de los Estados Unidos. Esa gente no se queda en Panamá. Esa gente aspira a llegar a los Estados Unidos», acotó Mulino.
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El mandatario subrayó que la crisis del Darién se compone por «tráfico de personas, tráfico de drogas e indocumentados». Es por ello que Mulino reiteró su llamado a la comunidad internacional a atender la situación.
El Ministerio de Seguridad apuntó que hasta el 7 de octubre más de 277.000 migrantes cruzaron el Darién. El 69% son venezolanos y, aunque hubo un descenso general este año, tras las elecciones del 28 de julio comenzó una tendencia ascendente.
