Solo en una celda de Texas (EEUU) Robert Roberson, condenado a muerte por el asesinato de su hija, aguardaba con resignación la hora de su ejecución.
A escasos metros, la cámara de ejecución lo esperaba, lista para poner fin a su vida tras ser acusado de causar a la menor de dos años el ‘síndrome del bebé sacudido’.
LEA TAMBIÉN: ¿QUIÉNES ERA ABIGAIL WILLIAMS Y LIBERTY GERMAN? COMENZÓ EL JUICIO CONTRA EL “DEGOLLADOR” DE INDIANA
La ironía era palpable: mientras él buscaba paz espiritual en la oración, el mundo exterior se debatía en una vorágine legal que determinaría su futuro inmediato. El Estado y sus defensores se enfrentaban en una última jugada, mientras su vida pendía de un hilo.
Al final, la Corte Suprema de Texas perdonó la vida a Roberson. Vale destacar, que por ahora, se dictó una suspensión temporal de su ejecución y, lo controversial, es que sucedió poco antes de que la orden de ejecutarlo expirara a medianoche.
La suspensión de la ejecución de Roberson abre una ventana de oportunidad para que sus abogados y un grupo bipartidista de legisladores de Texas revisen a fondo el caso. Uno marcado por la polémica teoría del ‘síndrome del bebé sacudido’, y así demostrar su posible inocencia en la muerte de su hija Nikki.
De inmediato, la conmoción se apoderó de Roberson cuando un grupo de funcionarios de Texas le informó de la suspensión el jueves por la noche.
Él empezó a agradecer a Dios y “clamar su inocencia”, como ha hecho durante las dos últimas décadas, según Amanda Hernández, portavoz del Departamento de Justicia Penal de Texas.
De hecho, Roberson y su equipo de defensa han proclamado durante mucho tiempo su inocencia después de ser sentenciado a muerte por el asesinato en 2002 de su hija, de dos años.